Limpia el jardín: Comienza por lo primero y más lógico. Después de los duros meses de invierno, es necesario hacer una limpieza a fondo. Retira todas aquellas plantas que no hayan sobrevivido. Poda ramas y troncos. Da altura a arbustos y árboles para así promover nuevos crecimientos.
Rastrilla el césped: elimina hojas secas, raíces o restos de tierra acumulados durante previos meses.
Oxigena el terreno: remueve el terreno y extiende 2-3 pulgadas de mantillo alrededor de plantas, arboles y arbustos. Esto ayudará a refrescar la temperatura de la tierra, conservando la humedad y creando un ecosistema beneficioso para los microorganismos.
Airea el césped: esto permitirá que el agua y los nutrientes lleguen fácilmente a las raíces.
Siembra los claros: calvas o parches que hayan quedado del invierno, deben ser atendidos. Utilizando una mezcla de semillas y fertilizante, ayudaremos a dar uniformidad al jardín.
Elimina las malas hierbas: es lo primero que empieza a brotar. Aprovecha ahora que son pequeñas y no tienen semilla para eliminarlas.
Corta el césped: no todavía; pero cuando lo hagas, intenta hacerlo a una altura de unas 3 pulgadas. Cortando menos cantidad y más a menudo se consigue que la tierra se mantenga relativamente húmeda, especialmente importante durante la época de calor.
Atención a las plagas: es el momento de combatirlas. El ascenso de las temperaturas es ideal para su aparición. Utiliza, a ser posible, pesticidas orgánicos que menos afecten al ecosistema de tu jardín.
Averigua el PH de tu jardín: la mayor parte de las plantas crecen mejor en terrenos con un PH entre 6 y 7. Algunas prefieren terrenos más ácidos. Plantas que crecen sobre un terreno propicio, crecen más sanas y resistentes a enfermedades e insectos.
Crea un área de compostaje: comienza a fabricar compost, utilizando una capa de materiales ricos en nitrógeno (hojas secas, paja, serrín…) y materiales orgánicos y una capa de tierra en una proporción de 3-1. Además de tener un lugar donde almacenar la basura de tu jardín, estás produciendo abono natural.
Haz un plan: ¿qué vas a plantar y donde? Observa tu jardín y ten en cuenta su orientación; el sol y la sombra.